Cameron y su madre Norma, una familia normal con una gran historia para contar |
Mi mamá pensaba me decía que yo tenía mucha imaginación, aunque yo no entendía muy bien que quería decir con eso. Fui creciendo y cada vez tenía más recuerdos de mi otra casa. Recuerdo que tenía tres baños, y le decía a mi mamá que era mucho mejor que tener tan solo uno, como ahora. También le decía que con mi otra familia tenía un precioso perro blanco y negro que jugaba mucho conmigo y con mis hermanos. Recordaba también el precioso pelo de mi otra madre, moviéndose con la brisa marina mientras nos observaba jugando en la arena de la playa. También recordaba mucho a mi otro padre, Shane Robertson, con su pelo de punta y sus pantalones cortos que murió por no mirar a los dos lados.
Un día mi mamá trajo a casa a un hombre para que le contara todo lo que recordaba, se llamaba Jim Tucker y mi mamá decía que él era el que más sabía de recuerdos como los míos. Hablamos mucho, él me preguntaba cosas y yo le contestaba. A los pocos días mi mamá y el señor Tucker me dieron una gran sorpresa; me dijeron que íbamos a volar a la Isla de Barra, ¡A mi otra casa!
Y así lo hicimos al poco tiempo, yo tenía seis años y era la primera vez que iba a volver a mi otra casa.
¡Mira mamá! ¿Ves como vamos a aterrizar en la playa?
Recuerdo que me alegré mucho al llegar a la isla, pronto volvería a ver a mis hermanitos y a mi otra mamá. Seguro que se alegrarían un montón de volver a verme y me preguntarían donde había estado todo este tiempo. Le decía a mi mamá, Norma, que ya vería como se llevaba muy bien con mi otra mamá. Estaba convencido de eso.
Dormimos en un hotel y por la mañana fuimos recorriendo la playa. Cuando a lo lejos vi mi casita blanca me emocioné muchísimo, pero cuando llegamos me entró una pena muy grande, porque mi familia ya no estaba allí. La casa estaba muy vieja y vacía, como si nadie hubiese vivido allí en mucho tiempo. Dentro también había muebles y cosas diferentes a las de mi familia. Le conté a mi madre cual era mi habitación y le enseñé la puerta secreta por donde salíamos mis hermanos y yo a la playa. Me dejaron un rato para que recorriera toda la casa, pero no me pude quedar mucho rato. Teníamos que volver a Glasgow.
Mi mamá y el señor Tucker me explicaron que a algunas personas les pasa lo que a mí, que tienen recuerdos de gente que ya no está, que hace muchos años que vivieron, y que no me preocupe por ellos, porque seguro que como yo, ahora tienen otras vidas. También dicen que cuando me haga mayor, poco a poco, me iré olvidando de esos recuerdos, aunque yo creo me acordaré siempre de mi otra familia. Una vez, mi mejor amigo me preguntó lo que nos pasa al morir y yo le dije lo único que sé; no pasa nada porque te mueras, volverás a renacer.
Este relato, que puede parecer de ficción, está basado en uno de los casos más espectaculares de supuestas reencarnaciones de los últimos tiempos. El del pequeño Cameron Macaulay. Desde muy pequeño, Cameron le relataba a su madre episodios y situaciones de una vida anterior. La madre no tardó en darse cuenta de que aquello no eran simples juegos imaginativos infantiles y recurrió a un experto en la materia, el Dr. Jim Tucker, psicólogo de la Universidad de Virgínia, que ha creado una cátedra para el estudio de vidas pasadas en el que ya ha investigado más de 1500 casos diferentes.
Tras conocer el caso del pequeño y estudiarlo, decidieron viajar a la Isla de Barra, a unos 260 kilómetros de Glasgow, para comprobar si sus recuerdos eran verídicos.
Al llegar ya pudieron comprobar cómo algunos de los lugares de la isla eran exactamente como Cameron los había relatado, por supuesto, ni Cameron ni su madre habían estado nunca en esta isla.
Una isla apartada, al Este de escocia |
Los aviones todavía aterrizan en la playa de la Isla de Barra |
Tiempo atrás, tras una exhaustiva búsqueda de descendientes de la familia Robertson, dan con Gillian Robertson, que aseguraba haber tenido familia allí en los años sesenta. Ella les muestra fotografías de aquellos tiempos, donde se puede ver el coche negro de su padre, el perro blanco y negro y la casa, tal y como la recordaba Cameron. Todo coincide, a excepción de un dato. Gillian no recuerda a ningún Shane Robertson, y tampoco recuerda ningún accidente mortal con automóvil en la familia.
¿Coincidencias azarosas? ¿Imaginación desbordante? ¿O estamos ante una clara muestra de que, en realidad, existe otra vida después de la vida?
Fotografia del automovil negro que describe Cameron |
Fotografía de los Robertson, Cameron los identifico como su madre y abuela, e increinblemente se puede apreciar en la fotografía que aparentemente eran propietarios de un perro color negro y blanco |
Fotografía de la casa de los años 40, justo como la recuerda Cameron |
Traído a ustedes por profiler
ResponderBorrarMe encanta la pagina... ojala sigan asi y no dejem de escribir nunca!! Me encantan los enigmas y las leyendas urbanas... Saludos!!
ResponderBorrarMuchas gracias, nosotros tambien esperamos que sigas asi y no dejes de leernos nunca .
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